lunes, 10 de mayo de 2010

Bienvenidos!!


Muy buenas noches! Humildemente deseo darles una binaria bienvenida a este nuevo año del puente lectivo. Muchos de ustedes ya conocen este espacio y participan en él, otros recién se están asomando; con relación a ello, espero que la participación se incremente y que hagan de éste un lugar en el cual puedan debatir ideas, compartir opiniones y transmitir sus pensamientos, sentires y sueños a la comunidad. La oportunidad que este pequeño rincón les brinda para desarrollarse es enorme, espero puedan aprovecharlo.
Dejo el breve sermón-consejo y paso a algo mucho más entretenido. Estoy seguro que más de uno se preguntó, al leer la primera línea, por qué escribí "puente" y no "ciclo" como es tan usual; pues bien, sin pretender criticar ninguna impronta de las altas jerarquías[1], el término ciclo genera en mí la idea de circularidad, mientras que el término puente la de "tender hacia", de evolución hacia un objetivo determinado. Desde ya, la pregunta sería entonces ¿Hacia dónde vamos?, o mejor dicho ¿Hacia dónde nos llevan?, o mejor aún ¿Hacia dónde queremos ir? En mi época de estudiante secundario el objetivo era, para las escuelas del conurbano: "preparar para el mercado laboral" ¡Preparar para el mercado laboral! ¿Se dan cuenta de la significación de ello? Si hoy en día la meta es formar al "ciudadano", las preguntas necesarias son qué clase de ciudadano y con vocación a qué; más allá del hecho de considerar, desde mi inexperto punto de vista, que el verdadero objetivo debería ser formar al hombre del saber, pero es un punto altamente discutible, como todos.
Por último, deseo transmitir ánimos a los soñadores, a los utópicos; no dejen que los amedrenten frases como: "dejá de soñar", "viví la realidad, las cosas no son así", a ello respondan: " Cada paso hacia adelante en la vida de la humanidad es la concreción de un sueño; y quizás tengas razón, las cosas no son así, pero te aseguro que lo serán." En este sentido es que les digo: ¡Muy buenas noches tengan todos!


Atte. ROMERO, Ruben O.
[1] Hace poco leí el comunicado de una docente -no se preocupen, no es del IFME, en el cual daba a entender que cuestionar el contenido moral de su clase era cuestionar órdenes de las altas jerarquías del sector educativo del gobierno, el cual indicaba qué temas dar durante el año, y que imperaba el derecho a la educación de los niños "en un marco democrático" por encima de cualquier duda de los padres. Lo más triste de ese argumento falaz -es increíble ver como los aires autoritarios recurren siempre a disfrazarse de democracia- fue haber incurrido en el craso error de confundir la temática con el contenido moral que a ella se le pueda atribuir, de confundir el "qué" con el "cómo".