sábado, 31 de mayo de 2008

Momentos...

Hechos... La Revista.



Adentrado en mi locura, pensando este martirio de todas las cosas malas

que yo te he hecho, mujer, agua clara,

en este día quisiera tomar ahora

el dolor que me atesora,

la luz que regala el día, se me ha vuelto noche

cuando pienso en tu querer.



Los versos como puñales se me clavan en el alma

cuando empiezo a recordarte todo se me pone mal...

Soy sólo una espina ruda que llorando te recuerda

y que le dice al viento libre, "Yo siempre te voy a amar".



Sin frases el pensamiento te dice cuando te miro

"Eres reina de mis reinos, el querer de mi querer,

la flor blanca de la rosa, la miel que endulza mis días,

el amanecer de mi ventana que siempre me siento a ver."



Tú no debes perdonarme, es el colmo lo que he hecho.

Traicioné a mi amor divino que me daba un querer

cuando pases por mi casa piensa bien lo que yo hice

y hazle entender al corazón, no me quiere volver a ver.



Así pasarán los años, no sabrás lo que te espera

vida hermosa, te deseo lo mejor que pueda ser

no volveré a molestarte; de mí te habrás olvidado

y a tu hijo, entre tus brazos, le regalarás querer

mientras, yo estaré esperando un perdón que dé tu alma.



Como una llama, disparada, vaya directo a mi ser; yo, soñando imposibles,

yo, soñando allí, contigo, las estrellas en el cielo

me dirán si has querido de verdad, en este día,

nunca más volverme a ver.



Paredes, Raúl. 3º A Eco



Deportes- El Skate


Deportes de riesgo

Hechos... La revista.

"Si seguís patinando, ya no podré volver a operarte y vas a tener que andar con bastón", le dijo el traumatólogo al skater Claudio Cichero, cuando éste se rompió una rodilla saltando una rampa. Le pusieron dos clavos de titanio que ahora le impiden arrodillarse, pero sigue patinando a pesar de las dieciséis fracturas que contabiliza desde que se paró sobre un skateboard por primera vez, a los siete años. Dejó de competir, pero aún puede jactarse de haber pasado más tiempo "arriba de una patineta, que sobre el piso".
No es el único: se calcula que en la Argentina hay 5000 skaters amateurs y unos veinte que se dedican en forma profesional a un deporte al que, durante años, se lo asoció a la marginalidad y a las drogas. "Por sus orígenes hippies y, más tarde, la influencia del punk se lo estigmatizó mucho", indica Juan Corvalán, que acusa treinta años y dieciocho de skater. "Empezás a patinar a los doce años y un día tenés algún evento formal y te das cuenta de que en tu ropero sólo hay pilchas skater", agrega. Junto con Cichero, integra un grupo de argentinos que buscan demostrar que el skaterboarding es un deporte y no una actividad de vagos o delincuentes.
El skate surgió en EEUU, pero cobró impulso veinte años después cuando un surfer californiano desarrolló una rueda de uretano. También se construyó el primer skatepark al aire libre para practicar la disciplina y se crearon nuevas acrobacias para mantener el interés en el mismo.
De esta forma, el skate tuvo un éxito arrollador y se realizaron varios campeonatos en todo el mundo. En 1991, una recesión económica sacudió el mundo y la industria se vio gravemente afectada.
Actualmente, gracias a los Extreme Games de ESPN, el skate está recuperando el terreno perdido. Esto es posible debido a que el deporte es muy divertido y, además, seguro, ya que en términos de lesiones es más seguro que otros deportes más violentos, como el football americano o el hockey.
Carlos Maciel 3º A Eco
(Colaboración del Prof. Alfredo Goñi)

Torneo de ajedrez


AVISO: No desesperen... chicos, estamos sorprendidos, porque nuestra propuesta tuvo una aceptación maravillosa, pero al ser tantos los inscriptos, estamos organizando dos zonas. Esto nos lleva a reprogramar las fechas y tiempos, así que probablemente el "finde" ya tengan respuestas aquí, y el viernes verán nuestras pegatinas en el cole. ¡¡Gracias!!

miércoles, 28 de mayo de 2008

Hechos... La Revista.

Hechos... La Revista.
Aprender a con-vivir
Todos los días, consciente o inconscientemente, elegimos, decidimos, marcando nuestro destino y formando nuestro futuro. Desde actitudes cotidianas hasta decisiones que nos acompañarán un largo tiempo o toda la vida. Cepillarnos los dientes, usar determinado perfume, elegir nuestra pareja; los amigos, la pertenencia o rechazo a determinada ideología política o religiosa o elegir en el presente lo que nos beneficiará o perjudicará en el futuro.
Nuestra cultura posee una visión del ser libre, que es constructor de su vida, su futuro y sus relaciones a partir de sus decisiones, a diferencia de nuestros queridos padres culturales, aquellos griegos que consideraban que sus vidas estaban sujetas al antojo de los dioses, quienes caprichosamente jugaban con las vidas humanas. Que un griego como Edipo asesinara a su padre, se casara con su madre, tuviera relaciones carnales con ella y engendrara cuatro hijos- hermanos, no era algo que se le pudiera achacar al pobre Edipo, porque, en última instancia, él no podía evitar su destino, si éste había sido planificado por los dioses.
En cambio, nosotros, en la actualidad, ya no tenemos ese concepto, y sí el de "libre albedrío", libre poder de decisión sobre nuestros actos. Somos responsables y autores de nuestras decisiones y hechos por ser individuos libres, por el simple hecho de ser personas. Pensamos y hacemos lo que creemos mejor para nosotros, pero siempre influenciados por nuestra historia social y personal, teniendo en cuenta el efecto, causa y consecuencia que provocamos. Y ahí comienza el problema. ¿Tenemos siempre en cuenta el efecto que producimos en los seres que nos rodean, con nuestras decisiones? ¿O simplemente buscamos la satisfacción personal y actual de un capricho, una necesidad del hoy, sin más?
A veces, nuestras decisiones pueden ser aceptadas por los demás. Otras, no. Y se puede llegar a no respetar al otro. Y comienzan las discusiones con quien no se está de acuerdo. Como resultado, algo que debería ser cultivado por un pueblo que desea vivir en sociedad sanamente, la TOLERANCIA, desaparece. Un valor tan importante, fundamental para regular nuestras vidas y nuestras relaciones interpersonales. Respetar, tolerar, aceptar al "otro", al prójimo, a quien debemos cuidar, porque sin él no somos.
En este sentido es importante recordar, para comenzar a practicar la tolerancia, que el otro tiene el mismo derecho que nosotros a la libre decisión. Por más que nos moleste o no nos parezca bien. El concepto del "otro" aparece como una separación, distinción del yo y, por lo tanto, no igual, distinto. Parecido, a lo sumo. Pero "otro".
La falta de tolerancia es la principal causa por la que se recurre a la violencia, ya que queremos imponer a la fuerza nuestros pensamientos, nuestra forma de sentir o actuar. Sin darnos cuenta de que perdemos lo que nos debería caracterizar a los seres humanos, el respeto y el amor al prójimo y nos dejamos llevar por nuestros impulsos más animales, la violencia, la satisfacción inmediata de caprichos y el individualismo.
Ayelén Caballero
Egresada 2007

lunes, 26 de mayo de 2008

Participación de ex alumnos

Hechos... la revista...
Tolerancia
En sus comienzos como ser social, el hombre era lo suficientemente pacífico como para que no existiesen diferencias de género, de poder, económicas... En otras palabras, era tolerante con sus vecinos.
Ahora bien, según nuestra sociedad, la posmoderna, somos más "avanzados" que las anteriores... ¿con respecto a qué? Al uso indiscriminado de artefactos que contaminan, que matan, que generan hambre, que no permiten la libre expresión del ser humano; al dinero que pagamos en intereses de la deuda externa y que podrían aplacar la carencia alimenticia de nuestros pibes; a la necesidad de existir sobre el otro y no con el otro.
Todo esto nos llevó, casi sin darnos cuenta, a una intolerancia difícil de disuadir, egoísta, sin aceptación de las opiniones del prójimo.
No hace falta buscar mucho para hallar signos de intolerancia, pero ¿cómo nos damos cuenta de que alguien es tolerante, con tanta superficialidad dando vueltas? La palabra no tiene el mismo valor que tenía hace cincuenta años atrás, ya no confiamos en el "Te doy mi palabra", porque la palabra no existe, se perdió, la malgastamos tanto que ya no sirve. Si hablamos como pensamos, con razón estamos como estamos, insultamos sin darnos cuenta y, como grupo social, no nos reconocemos en el otro, miramos sin ver lo que ocurre a nuestro alrededor y a nuestro prójimo.
Según el diccionario, la palabra tolerancia es "respeto hacia las opiniones y prácticas ajenas aunque sean contrarias a las propias", y ofrece como ejemplo:"La tolerancia es signo del hombre civilizado" ¿controversial, no? Porque es usual escuchar frases como "HAY QUE matarlos a todos"; "Hay que ahogarlos cuando nacen"; "Hay que mandarlos al paredón..."
No estamos al tanto del valor que toma la palabra cuando decimos lo que decimos.
La alfabetización se hace por medio de la palabra. Al alfabetizar al pueblo, este puede elegir, al elegir, nace la democracia y si nace la democracia somos libres y si somos libres consideramos importante nuestro compromiso hecho a través de la palabra.
Sobreviven algunas palabras con valor pleno: dinero, poder, codicia, ambición, individualismo, ganar... En cambio, honradez, fraternidad, solidaridad, generosidad, honestidad, convivencia, humildad, ya casi ni se usan, hay personas que desconocen sus significados, otros su existencia e incluso hay quienes se burlan de quien las pone en práctica.
Somos poseedores de la razón, don exclusivo de los humanos y la empleamos para avances científicos que nadie asegura sean usados con fines éticos.
Propongo observar a nuestros maestros, los griegos, quienes empleaban el diálogo para discutir diversos asuntos que generaban discordia, pero siempre utilizando la palabra como medida de acuerdo entre las personas.
Es por todo lo anterior que recae sobre nosotros la posibilidad de revalorizar la palabra, de darle sentido a cada expresión que usamos.
No perdamos el desafío que implica volver a ser seres de razón.
Por Florencia Querencio, ex. alumna.