domingo, 15 de junio de 2008

Pobreza extrema en el mundo

Según un informe publicado por el diario Clarín, 980 millones de personas viven con menos de 1 dólar al día y casi la mitad de la población mundial (2800 millones) viven con menos de 2 dólares diarios. Sólo en América Latina hay 96 millones de personas pobres de las cuales 14,4 millones de individuos son argentinos.

Algunos analistas económicos aseguran que, para los próximos años, la situación de pobreza extrema irá en crecimiento debido a los problemas económicos y financieros que afrontan muchos de los países del mundo, tales como el desabastecimiento, las dificultades con el petróleo, los cambios climáticos, la inflación, etc.
En el año 2000, en la Cumbre del Milenio, las Naciones Unidas asumieron el compromiso de mejorar la situación de los postergados en el mundo. Con este objetivo crearon un plan de acción a alcanzar en el transcurso de los próximos 15 años, que consta de 8 objetivos fundamentales para lograr un mundo mejor, los llamados Objetivos de Desarrollo del Milenio (OMD), y 18 metas específicas entre las cuales se encuentran la de reducir a la mitad el porcentaje de personas que sufran pobreza extrema y de las que padezcan hambre. Pero sólo las buenas intenciones no alcanzan, ya que aún no se han alcanzado los objetivos propuestos y ya han pasado ocho años de la toma de este compromiso. Esto muestra la falta de interés de algunos de los gobiernos que deberían estar más comprometidos, justamente por el nivel de pobreza de sus países.
Según un estudio realizado por CEPAL (Comisión Económica para América latina) solo Chile ha logrado llegar a su meta. Brasil, Ecuador, México, Panamá y Uruguay han logrado reducir la pobreza, aunque aún queda mucho por trabajar. En cambio, en Venezuela y Argentina en lugar de disminuir, aumentó la pobreza extrema.



La pobreza afecta a millones de niños y niñas en la región: el 35% de los pobres en América Latina y el Caribe son niños y niñas menores de 15 años, y casi el 60% de todos los niños y niñas son pobres.


Los hijos de nadie, los dueños de la nada.
Que son, aunque no sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no crean cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen rostro, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia
pero si en las páginas de crónica negra…
Los hijos de la miseria, los dueños de la nada,
De ellos será el reino del olvido.
“No los olvidemos…”


Fuente: novoyatirarlatoalla.blogdiario.com
Por Leandro Anchaba, 3º A Econ.