Y surgió como una idea chiquita.
Cuando lo pensamos, creímos que iban a ser diez... a lo sumo quince chicos los que se anotaran. Y fueron cuarenta y ocho!! Todo un lío armar el emparejamiento, pensar si convenía separar a los competidores por edades, fijar fechas, horarios, premios... y al final, se largó. Mucho entusiasmo, nervios, "medir" al competidor, jugar partiditos de calentamiento mientras llegaban todos, y encontrarnos con grandes sorpresas: Los mayores, poniendo todas las ganas y ayudando a acomodar las parejas. Los más chicos, portándose como "grandes".
Seguimos sumando, chicos, que entre todos se puede!